miércoles, 27 de mayo de 2009

Amistad

                                                                (A Domingo Román Zárate,
                                                                Minguito, para las chicas;
                                                                Mingucho, para Don Adolfo C. Lüscher
                                                               y Mingacho, para nosotros, sus amigos)
En el jardín de la vida
cultiva con gran afán
la flor que perfumará
el transcurrir de tus días.
Te hará vivir alegrías,
si la cuidas con esmero.
Debes ser siempre sincero
al cultivar la amistad.
La amistad que no reclama,
ella da la mano al necesitado,
sin que nadie se lo pida...
llega a curar las heridas,
llevando alivio al dolor
de aquel que yace postrado,
brindándole sus cuidados,
y su presencia y su amor.
También ofrece el amparo,
la protección, el abrigo,
a todo aquel que es su amigo
y en busca de su destino,
vaga sin un rumbo cierto...
su consejo, cual un faro,
le va alumbrando el camino
para arribar a buen puerto.
No pienses en la amistad
como en un puente tendido.
Nunca pidas al amigo,
aquél o este favor...
el amigo no es mejor
porque ha reído contigo,
en cambio, sí es buen amigo
quien a tu lado lloró.
Recuerda bien todo esto
que en estas letras desgrano.
Amigo es... ¡¡más que un hermano!!
Un familiar no se elige;
y si a un amigo lo aflige...
una situación, un hecho...
ve hasta él, abierto el pecho
y alargándole una mano.
El amigo... ¡sí se elige!
Por eso... Por eso...
¡¡Es más que un hermano!!
Arias, 1976.

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