lunes, 8 de junio de 2009

Paseo nocturnal

Cae la noche implacablemente,
sólo un suspiro de luna,
trémulo, fugaz, imperceptible,
acompaña el recorrido de mis pasos.
El muelle solitario y silencioso
vela el dulce reposo de los barcos,
que bucean sus sueños de distancias
cabeceando con ritmo acompasado.
La noche con su magia y con su encanto,
me transporta en el tiempo y el espacio.
Me veo otra vez entre las jarcias,
en duras maniobras enfrascado,
luchando con el mar bravío,
tempestades, trombas y tifones;
furibundas tormentas de verano.
¡Qué universo inmenso, desolado!
Esas aguas hermanas, confidentes,
son el lecho final de tantos desdichados...
Y allí, junto a la orilla amada,
desde mis ojos húmedos, opacos,
las lágrimas saladas van corriendo
hasta las aguas que yo quiero tanto.
¡Tristes pasan las olas!
Cual si fueran rezando...
¡Siempre me hacen llorar...!
Y hoy, como tantas veces,
no lo puedo evitar. ¡Estoy llorando!

No hay comentarios:

Publicar un comentario